Materiales didácticos y Estimulación Temprana

Al observar la vida cotidiana de un niño o una niña en una familia o en cualquier servicio de Educación Temprana, podemos reflexionar y debatir sobre la cultura de crianza, es decir, sobre los vínculos, las actividades, los espacios y los materiales que el adulto le propone al niño mientras le brinda los cuidados básicos de alimentación, el baño diario, el cambio de ropa, el descanso; o en los momentos de juego libre con sus pares y en su relación con los adultos. De la información que obtenemos de esta observación, que puede ser individual o grupal, podemos darnos cuenta de las ideas explícitas o implícitas que los adultos, los padres y la comunidad tenemos sobre la niñez y su desarrollo, para desde allí responder a la pregunta: ¿Qué niños queremos ayudar a crecer?

Cuando deseamos ayudar a crecer a un niño activo, abierto al mundo, seguro de sí mismo, con identidad, comunicativo, reflexivo, con un pensamiento crítico, analítico, creador, respetuoso y solidario -aspiración concordante con lo que expresa la Ley General de Educación, cuando señala la necesidad de formar personas capaces de lograr su realización ética, intelectual, afectiva, física, espiritual promoviendo la formación y consolidación de su identidad y autoestima y su integración adecuada y crítica a la sociedad para el ejercicio de su ciudadanía en armonía con su entornos necesario repensar en primer lugar, el tipo de relación afectiva que establecemos con los niños y niñas y luego las experiencias que les ofrecemos a través de los materiales, los mobiliarios y los espacios que le proponemos, para comprobar si en efecto estamos favoreciendo ambientes para que de acuerdo a sus necesidades, intereses y competencias los niños y niñas se desarrollen y aprendan en esa orientación.

- DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN INICIAL